Segunda vez,que estoy ahí y bueno sólo por ver la pequeña cueva vale la pena,eso sí,que sea en pleamar y con el mar en calma.Erradiqué "327" erizos de lima y Carlos también machacó.
En cuanto a la biodiversidad,en ésta zona el blanquizal es el que manda,pero tiempo al tiempo.Lo más significativo fue éste cardúmen de jurelitos de unos 50 individuos y unas especies de ascidias coloniales peludas,que son la segunda vez que las observo y todavía no se su nombre.
Anécdotas;en el interior de la cueva,de los golpes de mar,sentías en los oídos y en el pecho,los tremendas olas.
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